Adéntrate en nuestro pasado, una línea temporal que abarca desde los primeros pobladores de este territorio durante la Prehistoria hasta las tradiciones de nuestros padres y abuelos. Para ello nada mejor que la realización de una visita guiada por algunas joyas de nuestro patrimonio histórico, junto a unos guías expertos que te harán sentir como la historia cobra vida.
En primavera los campos vuelven a estar exuberantes de vida, y son cada vez más las personas que se acercan al municipio ciezano para ver la floración de sus frutales, principalmente melocotón, nectarina, paraguayo o ciruela. El paisaje se cubre con mantos de colores rojizos, rosas y blancos, formados por millones de flores que estallan al unísono.
Junto a la localidad, los pequeños huertos dan lugar a cuadrículas de intenso contraste, mientras en las zonas de campo abierto pueden encontrarse grandes extensiones monocolor.
Una experiencia que no te puedes perder.
Emplazado sobre el Cerro del Castillo, junto a la localidad de Cieza, se encuentra uno de los yacimientos de periodo islámico más interesantes de Europa Occidental: Medina Siyâsa. Entrada principal al Valle de Ricote entre los siglos XI-XIII y abandonado con la ocupación cristiana, el yacimiento de Siyâsa se ha convertido en un magnífico ejemplo para aprender sobre el sistema urbanístico islámico, su organización espacial, sistemas de fortificaciones y aprovechamiento del territorio. Pasea por sus calles, adéntrate en su cultura, y observa el valle a sus pies como lo hacían en su día sus pobladores, desde la reconstrucción a escala real de una de las principales casas del yacimiento. Incluso podrás disfrutar de la Ceremonia del Té, acompañado de los dulces típicos árabes.
Por otro lado el Museo Siyâsa, ubicado sobre lo que en su día fue el antiguo casino de Cieza, no solo conserva parte importante del material decorativo encontrado en el yacimiento y permite caminar por dos casas reproducidas a tamaño real del mismo, sino que también se nutre de todo tipo de material etnográfico y histórico abarcando desde la Prehistoria hasta el siglo XX. Al mismo tiempo, sus continuas exposiciones temporales, de todo tipo, nos invitan siempre a observar algo nuevo.
En suma, dos elementos clave que no te puedes perder.
Subiendo al Cerro del Castillo, confluyen dos elementos tan distintos como importantes para la población ciezana, como son la alcazaba árabe, comúnmente conocida como "el castillo", y la Ermita de la Virgen del Buen Suceso.
La alcazaba sirvió de estratégico punto de vigilancia durante el periodo árabe, al igual que como lugar de protección y refugio para la población de Medina Siyâsa, ubicada a sus pies y a la que quedaba conectada mediante una muralla de mampostería de lienzos aun visibles en algunos de sus tramos. Su importancia aún se percibe a mediados del siglo XV, participando en las luchas internas de la familia Fajardo por el adelantamiento del Reino de Murcia, lo cual al mismo tiempo provocaría su destrucción. Aun así, los altos muros que aún perduran permiten entrever su grandeza.
En el Collado de la Atalaya, junto al Cerro del Castillo, se encuentra la Ermita de la Santísima Virgen del Buen Suceso, patrona de la localidad desde el siglo XVIII. La ermita, construida entre 1962-1963, no es solo importante por su valor religioso, sino también por su valor paisajístico, al servir como punto de observación hacia el Valle de Ricote y Cieza. Además, su zona de merendero permite amenas mañanas y tardes con la familia o los amigos.
El territorio ciezano ha estado ocupado desde tiempos inmemoriales, y el recuerdo de este hecho permanece en algunas de las cuevas y abrigos del territorio. De los distintos ejemplos de ocupación prehistórica en nuestro entorno, los más representativos serían la Cueva-Sima de la Serreta, abierta al interior del espectacular Cañón de Almadenes, y los Abrigos de los Grajos, en el frondoso barranco homónimo de la Sierra de Ascoy.
En sus paredes, en su día utilizados como lienzo, aún perduran muestras de arte rupestre catalogadas actualmente Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tanto del estilo naturalista levantino, como del arte esquemático. Junto a ello, en La Serreta podrás visitar el único asentamiento romano conocido en cueva dentro de la Península Ibérica.
No puedes dejar de conocer estos lugares, donde naturaleza e historia se fusionan.
Dos enclaves fundamentales para conocer tradiciones a nivel local y regional. En muchos casos desconocidas por los más jóvenes, nuestros mayores podrían considerarlo como algo propio de su día a día.
Hasta la llegada de otras fibras más modernas en el siglo XX, el esparto fue desde la antigüedad pieza clave de la artesanía e industria manual ciezana y pilar económico de muchas familias, favorecido por las grandes extensiones en las que esta planta proliferaba y la calidad de la misma. Todo ello dio lugar a una cultura del esparto que queda perfectamente atestiguada en el Museo del Esparto de Cieza, donde además de explicarse con detalle todo el proceso desde la recogida de la planta hasta la elaboración del producto artesanal, muestra los útiles y herramientas utilizadas en cada uno de los pasos, y las mismas manufacturas ya terminadas.
Recuperando en su arquitectura algunos elementos de la antigua escuela municipal de música, el Centro de Interpretación del Folklore expone de forma didáctica los rasgos representativos de las tradiciones de nuestra región, como son la música, la danza, el canto y sus vestuarios. Al mismo tiempo, también hay una sala destinada a explicar la vida, costumbres y oficios en los entornos rurales de los siglos XVIII-XIX, que en algunos lugares perduraron hasta ya entrado el siglo XX, mediante la recreación de una vivienda rural con mobiliario original, y la exposición de los distintos útiles y herramientas que se utilizaban en el día a día.
Un apartado que aún permanece en la memoria de nuestros más mayores, y que no podemos permitir que quede en el olvido.
Molino harinero del siglo XV que se mantuvo en funcionamiento hasta el siglo XX. En su inicio conocido como el Molino de los Regidores Perpetuos, actualmente su denominación deriva su último propietario, y cesada da su labor, ha sido rehabilitado y musealizado de forma íntegra para mostrar a sus visitantes a través de la maquinaria y utensilios originales, las distintas fases de limpieza, molienda, cernido y sasado por las que el trigo pasaba desde su llegada hasta la consecución de la harina.
La Andelma aparece aquí como un punto imprescindible, pues era la que servía de agua al molino a través de un pequeño acueducto. Se trata de una acequia de origen árabe, cuyo cauce aún puede verse correr libremente rodeado de exuberante vegetación en muchos de sus puntos, proporcionando bellísimas imágenes a quienes se acercan a contemplarla.
Declarada de Interés Turístico Nacional, y con más de seis siglos de historia, la Semana Santa de Cieza es una de las más antiguas de España, y cuenta con una de las mejores colecciones de imaginería del país de los siglos XX y XXI, destacando obras de Álvarez Duarte, González Moreno, Capuz, José Planes, Palma Burgos, Hernández Navarro, Carrillo Marco, Antonio Bernal o Romero Zafra.
Su Casa-Museo, ubicada sobre la antigua Casa de los Santos, no solo juega un papel de gran importancia durante el periodo de fiestas, sino que a lo largo del año permite observar algunos de sus más importantes componentes. Así, su exposición no está compuesta únicamente de algunos de los pasos que pueden verse en procesión, sino también estandartes, vestuario, y todo tipo de enseres y documentos de carácter histórico, gráficos y escritos, sobre nuestra Semana Santa.
El entramado del casco antiguo ciezano se ha conservado en su inmensa totalidad tal y como este se fue configurando con el paso de los siglos. Mediante un tranquilo paseo por sus calles se pueden apreciar muchas de las casas principales que aún permanecen en pie, nuestras iglesias, museos y monumentos.
Además, pueden encontrarse bonitos espacios cono la Plaza Mayor, conde cohabitan el Ayuntamiento y la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, o el Balcón del Muro, que junto al mirador de la Calle Hontana se trata de uno de los de los principales puntos de observación de la huerta y campos ciezanos.
Rehabilitado actualmente en su totalidad, el Paseo Ribereño de Cieza abarca un recorrido total de casi 10 Km divididos entre ambas orillas del Río Segura, con una abundante vegetación de ribera entre los que encontramos álamos blancos, chopos, fresnos, tarayes, almeces y olmos, además de diversos espacios de recreo y baño.
Cinco son los puentes que actualmente lo cortan. Uno de los más importantes es el Puente de los Nueve ojos, junto a una de las olmedas centenarias más importantes de Europa; de finales del siglo XIX y en cuya construcción intervino el propio Cánovas del Castillo, su nombre se debe a los nueve arcos de piedra que lo sustentan. Por otro lado, el Puente de Alambre sería el más antiguo puente ciezano, y su leve balanceo al caminar nos recuerda que es uno de los pocos puentes colgantes de madera que se mantienen en el Río Segura.